jueves, 8 de julio de 2010

¿CÓMO INFLUYE EL CONTEXTO EN EL AVANCE O RETROCESO DEL EVANGELIO?
Gonzalo Chamorro M.

I. El contexto como un fenómeno particular de la historia de la iglesia.

El investigador e historiador Carlos Mondragon parte desde la premisa que: Una religión no se transmite sin evolucionar y el cristianismo viene a ser el mejor ejemplo. Éste, a pesar de proclamar que ha recibido un depósito revelador, eterno y absoluto, admite la existencia de una historia de la iglesia, con todos los condicionamientos contextuales propios de cada época.[1]

Estas palabras nos recuerdan que a través de los siglos la cristiandad ha estado en constante cambio debido a las diferentes situaciones sociales, políticas, económicas, culturales e inclusive geográficas.

Pareciera que las ideas del pre-socrático Heráclito son pertinentes al expresar que todo está en constante movimiento. Un ejemplo claro de esto es la gran cantidad de credos, confesiones y declaraciones doctrinales y las grandes diferencias que se han dado a través de los años entre las iglesias confesionales como la Católica Romana, la Luterana, la Reformada y las no confesionales como los bautistas y otros grupos protestantes.

Desde esta perspectiva el contexto histórico creado por la humanidad ha influido de manera negativa y positiva al avance y retroceso del evangelio. El aspecto negativo se ha producido porque en cierto sentido no se ha entendido que la teología es relativa y está sujeta a los avatares del tiempo. No podemos olvidarnos que la teología es una reacción del hombre en querer interpretar la fe. El problema es que la particularidad humana, el trasfondo personal, los intereses, los prejuicios ideológicos y sociales han condicionado las ideas teológicas como verdades absolutas. Esto ha provocado desigualdad, intolerancia y separación en el mundo cristiano y ha hecho que el hombre dude y proclame la muerte de Dios como lo expresa el filósofo alemán Nietzsche.
Por otro lado cabe destacar que no todos han tenido esta visión terrorista de la fe, sino que han comprendido que la verdad sólo la posee Dios con su propio sistema teológico y que el ser humano está al servicio de esa verdad proclamando el evangelio y los principios del Reino de Dios.
Finalmente y tomando en cuenta que el contexto influye en el espacio y en el tiempo formando un nueva historia, el creyente de hoy es responsable de enseñar ideas fácticas de Dios. Es decir, una verdad que no cambia, como la existencia y eternidad de lo sobrenatural, Dios, un ser inteligente dotado de capacidades y virtudes que favorecen a la humanidad.
En el caso de las comunidades de fe latinoamericanas, y considerando el contexto actual del continente, se les hace imperativo formar una historia con una herencia digna de elogiar por los futuros cristianos comprometidos con la labor del evangelio. Por lo tanto, el pensamiento social y espiritual de los protestantes en América Latina debe estar comprometido con la causa de Cristo y la realidad del continente.

II. El contexto como un pretexto del etnocentrismo.

El hombre por naturaleza tiende a ser etnocentrico, esto quiere decir que aprecia y valora su cultura por sobre las demás cayendo en un egocentrismo y narcisismo intrínseco. América Latina, no ha estado exenta de esta problemática y se puede apreciar desde los orígenes de la conquista ibérica en tierras que para muchos fue considerada el paraíso que Dios prohibió al hombre del viejo continente.

El proceso de conquista y de sometimiento militar fue complementado con el sometimiento ideológico y el intento de destruir las religiones prehispánicas por parte de los hermanos españoles. Sus métodos evangelísticos poco ortodoxos le dieron una identidad marcada al proceso de cristianización en América Latina.

El contexto de aquellos años se destacó por la pérdida de poder en las monarquías europeas y la decadencia del catolicismo romano. De tal manera que fue la Santa Inquisición española encargada de preservar la cultura católica de las ideas luteranas y calvinistas o cualquier tipo de herejía y disidencia que afectara su interpretación de la fe. Por otro lado los teólogos españoles influido por experiencias apocalípticas, interpretaron la masacre española como una ordenanza divina y digna de cumplir para la expansión del Reino de Dios, en tierras idólatras y con una fuerte práctica de la poligamia. Es interesante poder denotar como el contexto de un grupo o nación puede servir de pretexto para intereses personales y nacionales.

Sería injusto no destacar que, hubo personas que se dieron cuenta del aberrante etnocentrismo español y alzaron su voz profética frente a su propios coterráneos. Es el caso de Bartolomé de las Casas y un gran grupo de franciscanos que decidieron optar por vivir como lo hacían los indígenas de la época. Dicha contextualizaron cultural fue un aspecto positivo y de gran avance para la recepción positiva del evangelio.

Independientemente de las actitudes de nuestros hermanos españoles, no queremos denigrar su trabajo en tierras americanas. Estamos profundamente agradecidos por habernos traído el evangelio de Cristo. De tal manera que no nos pesa haber compartido grandes cantidades de oro, plata y otros minerales de un valor incalculable, porque consideramos una buena forma de querer retribuir y compartir con nuestros hermanos lo que Dios nos había dado. Por supuesto estamos seguros que lo que se llevaron no fue un robo, porque estaríamos diciendo que los fieles creyentes faltaron al octavo mandamiento “no robarás” (Ex. 20:15) para tus propios interesen nacionales y personales. ¡Qué ilógico verdad¡

Por otro lado queremos pedir perdón por aquellos hermanos indígenas que violentaron su labor e impidieron la evangelización de manera abrupta y con armas de gran calibre. Por lo tanto justificamos su autodefensa, porque estamos seguros que los fieles ibéricos no harían caso omiso al sexto mandamiento “no matarás” (Ex. 20:13) ni esclavizaras al ser humano porque iría en contra de los principios del evangelio.

También nos sentimos avergonzados de nuestras mujeres porque se abalanzaron sobre sus personas y los llevaron por el camino de la concupiscencia y perversidad sexual. No creemos que la cristiandad española haya hecho caso omiso al séptimo y décimo mandamiento “no cometerás adulterio y no codiciaras la mujer de tu prójimo” (Ex. 20:14,17) violando y masacrando a las mujeres de tierras americanas.

Finalmente perdón porque en los últimos años ha habido una especie de resentimiento social de parte de los hombres latinoamericanos, porque los hermanos de la cristiandad han privatizado el producto interno bruto del continente en cuestión y se han instalado con las transnacionales acaparando los bienes de necesidad básica y extrayendo los recursos naturales de nuestras tierras. Hemos faltado al noveno mandamiento “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (Ex. 20:16). Estamos seguros que no nos consideran una raza inferior sino que sus intenciones de privatizar nuestras economías son una manifestación de honrar a Dios y cumplir el mandamiento de amarse los unos a los otros.

Sarcasmo, ¡si¡ resentimiento social, ¡también¡ y como no si el etnocentrismo de una nación ha hecho desvirtuar los principios del evangelio y el Reino de Dios. Es interesante denotar como el hombre a lo largo de la historia ha querido justificar su actuar con la palabra de Dios. Es el caso de Adam cuando culpa a Dios de haberle mandado a la mujer para que él pecara. Y fue el caso de la evangelización en el periodo de la conquista española al justificar su empresa con las escrituras. Y qué decir del protestantismo norteamericano que ha provocado un rezago cultural y la pérdida de identidad en la concepción de la fe cristiana.

III. El contexto y el xenocentrismo cultural.

Es innegable que el contexto de cada cultura influye en el modo de actuar frente a una creencia determinada. El problema que surge en este contexto es cuando se quiere imponer el desarrollo cultural de un determinado espacio geográfico en otro territorio diferente al nuestro. Esto es el caso de etnocentrismo mencionado anteriormente que ha provocado un rezago cultural a nivel mundial.
La situación que se ha producido con esta realidad cultural, es el auge del xenocentrismo, esto quiere decir que el hombre piensa que la cultura que se la ha impuesto es mejor y tiene más credibilidad que la suya propia. Un caso específico ha sido el desarrollo del protestantismo norteamericano en América Latina.
La fe protestante y la enseñanza de las escrituras, vino de la mano con el estilo de vida norteamericano, formas de vestirse, liturgias, instrumentos musicales y una serie de aspectos cotidianos que fueron enseñados como las únicas fuentes de expresión religiosa. Esto hizo al hombre cuestionarse sus costumbres, tradiciones y formas de expresiones culturales. Con el pasar del tiempo estos métodos se institucionalizaron y pasaron a ser parte del proceso de socialización en el individuo cristiano. Las nuevas generaciones después de la llegada del protestantismo norteamericano adquirieron una cultura religiosa diferente a la de sus antepasados. No está demás decir que el protestantismo no solo trajo la fe cristiana sino que hecho en su bolso forma de entender y practicar la economía y la política.

Este xenocentrismo religioso ha hecho en la actualidad que el hombre latinoamericano se sienta inferior y dependiente de otra cultura, acrecentando una especie de servilismo extrínseco.

En la actualidad se hace necesario revisar el tema de misión y cultura, y como el desarrollo del evangelio no sea un parámetro que opaque las expresiones culturales de fe y religiosidad. Estoy de acuerdo que muchas expresiones están en contra de principios éticos de las escrituras, pero no todos es malo. Por lo tanto la teología y misión de la iglesia debe entrar en el proceso de contextualización y aplicar una hermenéutica autóctona que impacte al individuo con la fe cristiana en nuestros días.

IV. Conclusiones

Es indudable que el contexto afecta el avance y el retroceso del evangelio. Como podrán haber percibido casi toque los aspectos negativo con una gota de sarcasmo de esta realidad. Me sumo a las palabras de Rodolfo Blank al decir, que misión es contextualización. El expresa de manera más enfática en su libro “Teología y misión en América Latina” que:

Dios puede encarnarse en la cultura de cada pueblo y transformar dicha cultura desde adentro, o internamente. Según esto, no existe una cultura superior a las demás culturas; es decir, todas las cultura son, en términos generales, buenas y malas. No obstante, Dios es capaz de utilizar cualquier civilización o cultura como un instrumento en la comunicación del evangelio. Por lo tanto, no es necesario destruir la cultura de un pueblo para poder evangelizarlo.[2]

El panorama eclesiástico en América Latina está sufriendo cambios considerables en los últimos años. El surgimiento de nuevas opciones religiosas con un énfasis en la satisfacción del espíritu ha pluralizado el campo religioso que tenía el catolicismo romano desde la época de la colonia y el protestantismo que ingreso con las ideas liberales de la revolución francesa. Aunque se ha denotado un mayor crecimiento en el protestantismo evangélico en Latinoamérica, no es un parámetro para decir que la misión de la iglesia está cumplida, cada país tiene su propia realidad, por lo tanto la iglesia debe desarrollar de manera eficiente la misión. El desafío es que estudiantes de teología puedan trabajar en definir y llevar a cabo el tema de la misión, presentando sus aportes a través de escritos contextualizados y refinados desde una perspectiva pulcra que sea en beneficio del avance del evangelio.
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[1] Carlos Mondragon, Leudar la masa, pensamiento social de los protestantes en América Latina (Buenos Aires: Ediciones Kairós, 2005): 23.
[2] Rodolfo Blank, Teología y misión en América Latina (Estados Unidos de Norteamérica: Concordia Publishing House, 1996): 15.

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